Desde hace seis años trabajamos en la lucha contra el hambre y la prevención del desperdicio de alimentos, recuperando y distribuyendo alimentos nutritivos mensualmente a 52 niño(a)s menores de cinco años, 60 adultos jóvenes, 82 adultos y 132 adultos mayores de sesenta años en las comunidades indígenas en situación de pobreza extrema para combatir la desnutrición y la carencia alimentaria.